El 2 de agosto de 1885 nació el Capitán Manuel Ávalos Prado, en la ciudad de Santiago. Fue sobrino y ahijado del General de Ejército Arístides Pinto Concha, quien fuera ministro de Guerra y Marina e impulsor de la Aeronáutica Militar Nacional.
A los 16 años, ingresó a la Escuela Militar, egresando como Alférez de la rama de Artillería en 1904. Sin embargo, su anhelo era pilotear un avión, por lo que en 1910 el Alto Mando del Ejército lo premió y lo propuso para efectuar su curso de vuelo en Francia.
En 1911, partió a Europa comisionado por el gobierno a estudiar aviación. En junio del mismo año obtuvo el brevet de piloto aviador de la Federación Aeronáutica Internacional, siendo el primer aviador militar chileno, junto al Teniente Armando Molina Lavín, titulado en ese país.
De regreso en Chile, el 7 de marzo de 1913, a bordo del avión monoplano Blériot Escuela con motor Anzani de 35 HP, bautizado como “Chile”, el Capitán Ávalos efectuó, en privado, el primer vuelo militar en nuestro país, desde el aeródromo de El Bosque; mientras que 5 días después, en el Blériot “Manuel Rodríguez”, lo hizo de manera oficial ante las autoridades chilenas de la época.
Asimismo, fue el primer director de la Escuela de Aeronáutica Militar, actual Escuela de Aviación, si bien en calidad de interino por su grado, estuvo al mando del Instituto hasta el año 1915. A él le correspondió la inmensa tarea de procurar habitaciones y alimentación para Oficiales y Tropa, elementos para el armado de aviones, emparejamiento de terrenos, tala de árboles, etc.
Por esta razón y por sus importantes logros en la aviación nacional, desde el 8 de diciembre de 1944 el Plantel formador de los Oficiales de la Fuerza Aérea de Chile lleva su nombre.
El Capitán Ávalos falleció el 3 de enero de 1919, a los 34 años, debido a que padecía de tifus exantemático, enfermedad que asolaba a la región en aquella época.
Con su muerte, la aeronáutica chilena perdía a quien había sido uno de sus máximos impulsores y exponentes, creando con su ejemplo personal, voluntad y disciplina toda una mística aérea que caló muy hondo entre quienes habían sido sus alumnos y la ciudadanía, que valoraba lo hecho por la aeronáutica militar.